La llegada del tren de alta velocidad a Alicante que estaba
prevista para diciembre, será una realidad en marzo o abril de 2013
Amanece un nuevo día en la Estación de Ferrocarril de
Alicante, los pájaros pían y asoman sus cabezas mientras cuelgan de las ramas
del ficus más cercano. Las personas que marchan a sus trabajos en coche,
autobús o andando, intentan sobrevivir al caos matutino de la ciudad, a la vez
que más de 20 trabajadores tratan de revitalizar las obras que provocarán la
llegada del AVE a Alicante.
La historia política del país se repite también en esta
situación. PP y PSOE se echan las culpas mutuamente, mientras las obras seguían
paradas. En Alicante, los obreros trabajan desde buena mañana para poner “guapa”
la estación ya que la llegada del AVE necesita nuevas estructuras y la estación
está en periodo de decadencia debido a su larga existencia y pocas reformas.
Empresas de perforación, de agua de saneamiento o de mantenimiento realizan el
trabajo a contracorriente ya que en estos momentos, las obras se encuentran “muy
atrasadas”, según indicó el socialista Juan Ángel Ferrer.
Por su parte, Lola Johnson, Consejera de Turismo, Cultura y
Deporte, asegura que el retraso en las obras es “culpa del gobierno de Zapatero”.
Apunta también, que el contrato
establecido con las empresas que debían iniciar las obras, no se aprobó en el
último consejo de ministros de la época socialista, “a pesar de que sabían que
iba a causar muchos perjuicios” dice Johnson.
Julio de España, senador autonómico Madrid, asegura que las
fechas están puestas. “El AVE va a llegar, esperemos que en las fechas
previstas, pero hay que tener en cuenta la situación económica del país, y en
estos momentos se tiende a priorizar mucho”, afirma el político alicantino.
Reanudación de las
obras
El consejo de Ministros del gobierno presidido por Mariano
Rajoy, ha autorizado al Ministerio de Fomento la licitación, a través del
Administrado de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), de inversiones por un importe
de 36,5 millones de euros en montaje de vía y protección acústica.
Esos 36,5 millones están divididos en dos partes, y por lo
tanto en dos tramos: el primero, entre los pueblos de Almansa y Caudete en Albacete
y La Encina en Alicante. El montaje de la vía se lleva a cabo a lo largo de 34
kilómetros. . En este tramo se conectan las vías de las provincias de Valencia,
Albacete y Alicante. El segundo, correspondiente a la protección acústica se
llevará a cabo únicamente en el tramo que une Caudete con Alicante. La tarea a
realizar consiste en la instalación de pantallas acústicas sobre la plataforma
ferroviaria.
La alcaldesa de Alicante, la popular Sonia Castedo, asegura
tras varias reuniones con ADIF que el tren de Alta Velocidad estará en
funcionamiento en marzo o abril de 2013.Hay que recordar que la fecha prevista
estaba fijada en diciembre de 2012. La alcaldesa ha aprovechado también para
comentar que el retraso no es culpa de la ciudad de Alicante, ni por tanto, de
su administración, sino de la organización y gestión del gobierno de José Luís
Rodríguez Zapatero. Algo que los socialistas niegan con rotundidad.
Consecuencias del
retraso
Cada vez que se retrasa una obra, perjudica siempre a
alguien. En este caso, los perjudicados son varios. En primer lugar los
vecinos, y es que, como asegura Raquel Pérez, que reside a apenas 20 metros de
las vías del tren, los vecinos están divididos. “Por un lado están más
tranquilos desde que no circulan coches a todas horas (las vías del tren llevan
cortadas al tráfico alrededor de seis meses), pero los días que trabajan de día
y de noche, el ruido es muy alto” apunta
la vecina de la localidad.
Joaquín Sarrió también reside en una vivienda cercana a las
obras y asegura que desde hace tres años las obras están en funcionamiento,
pero que solo desde hace poco se ve lo
que están haciendo. “Al día a día al
final te acostumbras, tanto tiempo escuchando tanto ruido para mí es normal ya,
pero sigue siendo molesto sobre todo por la noche. Aunque es cierto que ahora
sólo trabajan por la mañana” dice Sarrió.
La otra consecuencia es la económica, porque según un
estudio realizado por la empresa Ineca, más de 250.000 turistas dejarán de
venir debido al retraso de las obras. Este dato no es el único que proporciona
el informe, sino que el total (aproximado) de millones de euros alcanzaría un
valor de 86. También aporta una cifra en materia laboral, y es que más de 300
puestos de trabajo se dejarían de ofrecer ya que la cantidad de viajeros
bajaría notablemente. A estas cifras hay que añadir la cantidad de personas que
poseen una segunda vivienda en tierras alicantinas, y han quedado fuera de
estudio.
Mientras tanto, los trabajadores seguirán levantándose a las
cuatro de la mañana para continuar su tarea, aun en días “santos”. Los vecinos
continuarán oyendo ruidos molestos a todas horas a la par que los vehículos no
podrán cruzar el paso a nivel durante un tiempo aproximado de 12 meses más.